Las Palmeras
Empezó a preocuparse. Tenía miedo de perder la poca confianza que había logrado; quería mantenerse seguro cuando le hiciera preguntas. —¿Pedir una audiencia con el embajador? ¿Qué voy a decirle cuando lo tenga enfrente? — empezó ella a preguntar. La conoció el primer domingo que le dieron permiso de salir para regresar antes del anochecer. Era un domingo de abril y los guardias reconocían que incluso aquellos enemigos de la patria socialista merecían descanso los domingos si se aplicaban con esmero en los trabajos de la granja. Había caído ahí meses atrás y tuvo que aprender lo suficiente para sobrevivir en la granja porcina. Fue así como ese primer domingo de descanso se… Leer más »Las Palmeras